Al elegir materiales que caen de manera natural sobre el cuerpo, Geraldine rinde homenaje a la silueta de cada mujer.

En su taller de Barranquilla, Colombia, el equipo de Geraldine desarrolla a mano cada pieza. Desde su adolescencia Geraldine ha colaborado con costureras y modistas, por lo que reconoce el enorme valor de los procesos manuales y de la artesanía de calidad. Sus estudios en Parsons, Nueva York, reforzaron esa sensibilidad —allí, Geraldine confirmó la importancia de una confección impecable y de elegir el material perfecto para cada diseño.

El deseo de apoyar a la comunidad que la vio crecer llevó a Geraldine a establecer su marca en su Barranquilla natal. Ese compromiso se ha traducido en la creación de oportunidades de trabajo, en particular para mujeres cabezas de familia. Para la diseñadora, el empoderamiento femenino tiene que ver con cultivar el talento de sus empleadas y ofrecerles una visión más amplia de lo que son capaces de lograr. Utilizando su marca como plataforma, Geraldine aspira a fomentar el progreso dentro de su comunidad.